Matilde Ras (Tarragona, 1 de septiembre de 1881 - Madrid, 15 de abril de 1969) es considerada como una de las pioneras en la grafología científica en España. Gran conocedora de los clásicos, y considerada especialista en el análisis del Quijote, fue traductora, articulista, ensayista y escritora de novela, teatro y guiones.
Matilde Ras nació en el seno de una familia que forma parte de los círculos intelectuales de la época. El padre era arquitecto y la madre había hecho Magisterio en Francia y luego en España. Su único hermano, Aurelio, era un año menor. Cuando Matilde cuenta con dos años, la familia se traslada a Cuba, dejando al hermano en España, con una ama. De regreso a España, por haber muerto el padre de Matilde en Cuba, se instalan en Tarragona, después en Barcelona, Zaragoza y Soria. Finalmente se instalan definitivamente en Madrid, donde Matilde termina el Bachillerato.
Desde muy jovencita, muestra una gran predisposición por la literatura. Lee mucho y escribe pequeños cuentos e historietas, que más tarde se convertirán en inspirados cuentos que tienen un gran éxito y que son publicados por diversas revistas infantiles. Matilde muestra también una gran predisposición desde temprana edad por el dibujo, llegando, a los 18 años, a ejercer como profesora. Dado su elevado conocimiento del francés, que le había enseñado su madre, hace traducciones de poemas de los autores Paul Verlaine, Charles Baudelaire, y Paul Valéry entre otros. Se convierte en una apasionada lectora de Voltaire.
En cuestiones sociales y políticas Matilde Ras se define como feminista conservadora que, aun apartándose de las posiciones más ortodoxas, se adhiere a los principios del catolicismo y trata de compaginar el papel maternal y doméstico con la reivindicación de igualdad y con la necesidad de instrucción para la mujer y de realización personal y profesional dentro y fuera del hogar. Formó parte de la primera generación de feministas españolas con conciencia de grupo junto con Elena Fortún. Eran amigas y admiradoras mutuas desde los tiempos del madrileño Círculo Sáfico de Victorina Durán, comprometidas en la defensa de los derechos de las mujeres, reivindicaron el nuevo papel de la mujer en la sociedad, y llegaron a enfrentarse a figuras como Ramón y Cajal, Gregorio Marañón o la misma Pilar Primo de Rivera. Su amistad comenzó en la revista Blanco y Negro en los años veinte, publicación en que ambas colaboraban. Vivieron su relación sentimental con discreción y aunque siguieron en contacto, e incluso, escribieron juntas, se vieron separadas por el exilio de Elena, que decidió, tras alguna duda, seguir a su marido fuera de España.
Entre sus intereses más tempranos se encuentra la Grafología, a raíz del descubrimiento del libro Método práctico de Grafología de Juan Hipólito Michon. De forma autodidacta, estudia con verdadera pasión y se dedica a comprobar entre familiares y amistades la veracidad de los signos grafológicos, interpretando cartas manuscritas que le van pasando. Su ardiente curiosidad le incita a conocer otros libros y a profundizar cada vez más en su estudio. Pronto, a través de las amistades que tiene en París, recibe otros libros, entre ellos uno que le entusiasma: La escritura y el carácter de Jules Crépieux-Jamin, padre de la grafología francesa, que, posteriormente, se traducirá por su mediación y se publicará en el año 1933. Aproximadamente, en el año 1910, se dirigió a la revista Por esos mundos, ofreciendo un consultorio grafológico, donde tras el análisis de la grafía de varios miembros de la redacción, aceptaron su proposición.
En 1917 publicó su primer libro, Grafología. Estudio del carácter por la escritura, en Editorial Estvdio de Barcelona. A mediados del año 1923 la Junta de Ampliación de Estudios le concede una beca y se traslada a París donde recibe clases de peritaje de escritos de los mejores maestros de la época, incluido su admirado maestro Crépieux-Jamin, obteniendo finalmente el diploma de la Société Technique des Experts en Écritures. Gracias a su importante obra de divulgación en medios de comunicación fue la verdadera introductora de la grafología clásica francesa en España, Portugal e Hispanoamérica. Su labor grafológica, además de en distintos volúmenes específicos, se vierte en numerosas colaboraciones con revistas y periódicos madrileños – Por esos mundos, El Heraldo de Madrid, Blanco y Negro, Estampa, entre otros.
En 1925, en su regreso a España, después de algunos años en París, rompiendo barreras y luchando contra la incredulidad de muchos, termina imponiéndose con un éxito arrollador con sus trabajos de interpretación grafológica y con sus colaboraciones en ABC y Blanco y Negro, que continuaría durante toda su vida. A partir de su llegada a España, sus publicaciones se incrementan cada vez más, en diarios y revistas de España, Sudamérica, Portugal y Francia. Publica en el año 1929 su segunda obra, Grafología: las grandes revelaciones de la escritura, que publica Editorial Labor, una de las más prestigiosas editoriales de la época. Por esas fechas, realiza también la parte correspondiente a Grafología de la Enciclopedia Espasa-Calpe.
Paulatinamente, se convierte en la referencia profesional en el ámbito grafológico. A ella acuden de revistas y de diarios de todos los países de habla hispánica y francesa, editores y, sobre todo, consultores particulares. Su trabajo es tanto que se ve obligada a abandonar muchos proyectos literarios y ensayos biográficos que tenía empezados o previstos. Constituyó una presencia destacada en el campo de la narrativa, de los reportajes y de la reseña literaria y artística. Sus colaboraciones revelan la vastedad de sus intereses y la profundidad de su cultura. Asimismo, nos dejó una serie de cuentos infantiles y un ensayo psico-biográfico sobre Voltaire, que no pudo publicar y en el que trabajó en ratos libres durante años.
Además de su trabajo de asesoramiento a empresas y a consultantes particulares, de sus clases particulares (desde 1917 hasta su jubilación, mantuvo un consultorio grafológico en Madrid) y de sus innumerables colaboraciones en prensa y revistas del país y extranjero, fue profesora de Grafología Práctica y conferenciante en el Instituto Internacional de Boston en Madrid. Asimismo desarrolló labores de traducción, centrada en los clásicos de la literatura infantil y juvenil, como Charles Perrault, los hermanos Grimm y Hans Christian Andersen. Gran conocedora de los clásicos, y considerada especialista en el análisis del Quijote. Conocida es su correspondencia con diferentes artistas catalanes entre los que recordamos a Víctor Catalá; con esta artista, a la que consideró la perfecta interlocutora, tuvo entre 1904 y 1964 una estrecha relación epistolar que nos revela mucho de la faceta de Matilde Ras como mujer, además de como escritora. Sin embargo, el éxito de sus pioneros estudios grafológicos ha ensombrecido el conocimiento de su obra literaria, que abarca desde cuentos infantiles hasta obras de teatro. Exiliada en Portugal tras la Guerra Civil, no se casó ni tuvo descendencia.