Annie Ernaux (Lillebonne, 1 de septiembre de 1940) es una escritora francesa, catedrática y profesora de letras modernas, ganadora del Premio Nobel de Literatura en 2022 «por el coraje y la agudeza clínica con la que descubre las raíces, los extrañamientos y las trabas colectivas de la memoria personal».
Con ella son 17 las mujeres, frente a 102 hombres, que han recibido el Nobel de Literatura en 123 años. La primera fue Selma Lagerlöf en 1909 y la última, la poeta Louise Glück en 2020.
Pasó su infancia y su juventud en Yvetot, en Normandía. Tempranamente, abandonó la ficción por lo autobiográfico, narrando historias de su infancia en la cafetería-tienda de ultramarinos de sus padres en Yvetot. Sin florituras, cuenta a vida de su madre (Une femme), el ascenso social de sus padres (La place, La honte), su adolescencia (Ce qu'ils disent ou rien), su matrimonio (La femme gelée), su aborto (El acontecimiento), la enfermedad de Alzheimer de su madre (Je ne suis pas sortie de ma nuit), su cáncer de mama (L'usage de la photo), en el lenguaje normando y campechano de su vida hasta los 18 años.
Desde mediados de los 70 vive en la nueva ciudad Cergy-Pontoise —desde 2012 integrada en la Mancomunidad del mismo nombre—. Sobre sus razones para elegir este lugar explica: «Sé que parece una contradicción, pero esta urbe sin pasado era el único lugar donde me sentía bien. Las ciudades históricas me recuerdan a una larga tradición de exclusión social. Aquí podía vivir sin sentirme sometida a ese determinismo». Su obra Diario del afuera es un retrato de la ciudad compuesto por escenas cotidianas de las que es testigo cuando camina por sus calles.
Ha sido admirada como narradora en la primera persona y por sus reflexiones autobiográficas por autores como Emmanuel Carrère, Virginie Despentes, Édouard Louis o Didier Eribon.
Annie Ernaux reivindica la dimensión política de la intimidad.
Ha escrito también L'écriture comme un couteau con Frédéric-Yves Jeannet.
El 6 de octubre de 2022, la Academia Sueca le concedió el Premio Nobel de Literatura «por el coraje y la agudeza clínica con la que descubre las raíces, los extrañamientos y las trabas colectivas de la memoria personal».