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Amalia Domingo, escritora, activista de los derechos de la mujer​ y espiritista española.


Amalia Domingo Soler (Sevilla, 10 de noviembre de 1835-Barcelona, 29 de abril de 1909) fue una escritora, novelista, activista de los derechos de la mujer​ y gran exponente del movimiento espiritista español por sus actuaciones de divulgación; trabajó con diferentes médiums y publicó las comunicaciones que recibían.​

En Iberoamérica, España y Portugal es muy conocida por su libro Memorias del padre Germán, dictado a un médium por el guía espiritual de Amalia, el padre Germán. Sus escritos se caracterizan por el estilo poético y delicado.

También se distinguió por su fortaleza en soportar numerosas dificultades, por su salud visual limitada, los prejuicios de la época sobre las mujeres, entre otros, los cuales superó con valor.

Se crio en la ciudad de Sevilla, región de Andalucía, España.

En esa época, España estaba gobernada por Isabel II, que subió al trono en 1833, habiendo sido María Cristina, su madre, la regente. Su ciudad natal, Sevilla, era destino de muchas rutas de más allá del mar, cuando las tropas de Napoleón invadieron España de 1808 a 1814, provocando una crisis que contribuiría a que España perdiera gran parte de sus colonias americanas en los comienzos del siglo.

Comenzó su paso por la vida con grandes dificultades. Su padre murió antes de que naciera. Y a los ocho años queda casi ciega y sería parcialmente curada por un farmacéutico. En esa difícil etapa fue indispensable la compañía de su madre, pues sus problemas visuales la acompañaron toda la vida, mas gracias a los esfuerzos de la progenitora, de los dos a los cinco años aprendió la lectoescritura.

A los diez años empieza a escribir poesía y publica a los dieciocho.

A los veinticinco años muere su madre. entró en otra etapa difícil. Sus recursos financieros los dedicó al mantenimiento de su delicado estado de salud. No estaba casada y las relaciones con su familia paterna eran inestables. Surgen de parte de familiares y amigos ideas que son refutadas por Amalia: unirse en matrimonio de conveniencia, o entrar a un convento. Resuelve por ese entonces trasladarse a la capital, Madrid, soñando con tiempos mejores.

Una vez en la capital, en 1868, pasó por nuevas dificultades: no encuentra trabajo, vive con escasez y recurre a instituciones de caridad. Sola y sin recursos, piensa en desistir.

Con respecto al hasta ahora muy desconocido periodo anterior a que Amalia Domingo Soler entrara en contacto con el espiritismo, era muy poco lo que se conocía (más allá de su propio testimonio autobiográfico). Pero recientemente, en el amplio capítulo específico titulado "Amalia Domingo Soler, la santa laica del barrio de Gracia" (Amelina Correa Ramón, "Amalia Domingo Soler, la santa laica del barrio de Gracia", ‘¿Qué mandáis hacer de mí?’ Una historia desvelada de relecturas teresianas en el contexto cultural de entresiglos, Madrid/Frnakfurt, Iberoamericana Vervuert, 2019, pp. 79-155) han salido a la luz multitud de datos inéditos: colaboraciones en periódicos y revistas, relación con otros escritores de la época, estancia en Canarias en compañía de dos poetas amigas -madre e hija-, periodo de casi un año entre 1867 y 1868 residiendo en Tarragona, donde publica su primer libro, etc.

Primeros contactos con el espiritismo

Una noche, caminando sin esperanzas, decepcionada de la vida, se le aparece su difunta madre. La visión le espanta, pero le reviven las esperanzas y Amalia recuerda su religión. Busca ayuda en una iglesia luterana. La predicación de la iglesia y el contacto con la religión le impulsan a no darse por vencida. Vuelve a la poesía y la escritura, y tratará de reconstruir. La vista de nuevo le causa angustia y busca la ayuda del médico homeópata Dr. Hysern, que le salva de la ceguera. Este mismo homeópata, aunque declarado materialista, le entrega un ejemplar de El Criterio, periódico espiritista que circulaba en la época.

Ese pequeño periódico espiritista le despierta la curiosidad y, buscando mayores esclarecimientos, Amalia escribe para revistas espiritistas de la época. Y toma coraje y resuelve escribir una poesía para El Criterio pero que no fue publicada, mas estimuló al editor a enviarle un ejemplar de Preliminares del Espiritismo.

Movimiento espiritista

Su primera publicación, una poesía, aparece en el periódico espiritista La Revelación. Su primer artículo doctrinario La fe espiritista sale en El Criterio, dirigido por Antonio Torres-Solanot y Casas,​ en su N.º 9, de 1872. Sus artículos llaman la atención y se integró poco a poco al movimiento espiritista español, asistiendo a reuniones en casas espiritistas.

El 31 de marzo de 1875, aniversario de la desencarnación de Allan Kardec, leyó la poesía A la memoria de Allan Kardec delante de los miembros de la Sociedad Espiritista Española, pasando a integrar las filas de los propagandistas de la doctrina espiritista.

Junto a los espiritistas de Murcia, permanece cuatro meses recuperándose de una enfermedad. Amalia creía firmemente que sería un error vivir del espiritismo, así que siguió trabajando de día mientras que de noche escribía. Permaneció en Madrid hasta que se mudó a Barcelona, el 10 de agosto de 1876, invitada por el centro espiritista La Buena Nueva, alojándose en casa de su adalid, Lluís Llach,3​ y con la esperanza de encontrar mejores condiciones de trabajo en la capital catalana, ya entonces una ciudad emprendedora y de gran actividad económica.

Padre Germán

El 9 de mayo de 1879 se le aparece quien sería su guía espiritual, el padre Germán. En Barcelona se encontró con el médium sonámbulo, Eudaldo, que recibió varios mensajes destinados a Amalia, muchos de ellos reunidos en el libro Memorias del padre Germán, que fue publicado en partes a partir de 29 de abril de 1880. En 1891 Amalia escribe sus Memorias bajo la orientación del padre Germán.

Divulgación

El 22 de mayo de 1879, Amalia publica el primer número de La Luz del Porvenir dirigido por ella misma. En el primer número salió el artículo La idea de Dios que fue denunciado a las autoridades, lo que provocó la suspensión del periódico por 42 semanas. Pero no se intimidó y lanzó otra revista, con el nombre El Eco de la Verdad, hasta que la revista suspendida pudiese volver a circular. Así, el periódico circuló después de un decreto del rey Alfonso XII. Ese fue un período difícil, pues el catolicismo era la religión oficial de España y reaccionaba ante cualquier movimiento que pudiera ocupar su posición.

Amalia escribió para varios periódicos, entre ellos: La Idea de Dios, El Criterio, El Espiritismo, Gaceta de Cataluña, Revista de Estudios Psicológicos y La Revelación, dejando un gran legado al movimiento espiritista español y mundial.

Falleció a los 73 años a consecuencia de una bronconeumonía. Su entierro civil tuvo lugar en el cementerio del Sud-Oeste, en la ladera del Montjuic, en Barcelona.

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