María de la Concepción Jesusa Basilisa Rodríguez-Espina y García-Tagle (Santander, 15 de abril de 1869-Madrid, 19 de mayo de 1955), más conocida como Concha Espina, fue una escritora española coetánea de la llamada generación del 98; por edad no pertenece a la generación del 27.
Fue candidata al Premio Nobel de Literatura, en tres ocasiones sucesivas: 1926, 1927 y 1928.
Hija de Víctor Rodríguez Espina y Olivares y de Ascensión García Tagle y de la Vega, la séptima de diez hermanos. Tenían la casa familiar en la calle de Méndez Núñez de Santander, en el barrio de Sotileza. A los trece años de edad su familia se trasladó a Mazcuerras, al domicilio de la abuela paterna. Allí comenzaría a escribir.
El 14 de mayo de 1888 publicó por primera vez en El Atlántico de Santander unos versos usando el anagrama Ana Coe Snichp. En 1891 falleció su madre. El 12 de enero de 1893, contrajo matrimonio en su localidad natal con Ramón de la Serna y Cueto. Cabe destacar el parentesco político que la une a la famosa pintora cántabra María Gutiérrez Cueto, más conocida como María Blanchard, prima de su marido y con quien compartió una gran amistad. El matrimonio se trasladó a Valparaíso (Chile). En 1894 nació su primer hijo, Ramón, y en 1896, quien sería el periodista Víctor de la Serna. En Chile, comenzó a colaborar con periódicos chilenos y argentinos. En 1898, la familia regresó a España y en 1900, en Mazcuerras, nació su hijo José fallecido siendo niño; en 1903, su única hija, Josefina (esposa del músico Regino Sainz de la Maza y madre de la actriz Carmen de la Maza) y en 1907, su último hijo, Luis. Su incipiente éxito como escritora incidió en su matrimonio, debido a los celos profesionales de su marido.
En 1909 logró un puesto de trabajo para su marido en México y ella se instaló en Madrid con sus cuatro hijos, por lo que el matrimonio quedó separado. Aunque escribió estudios, poesía y otros muchos géneros, alcanzó la notoriedad y el reconocimiento con su narrativa en cuentos y novelas.
Fue una escritora ilustrada y una de las mentes más preclaras de la literatura española de la primera mitad del siglo XX. Los miércoles celebraba un salón literario en la calle Goya al que asistían personajes de la alta burguesía e intelectuales como la esposa de Antonio Alcalá Galiano, el crítico Luis Araujo-Costa, el doctor Carracido, los dibujantes Bujados y Fresno y escritores hispanoamericanos como el venezolano Andrés Eloy Blanco, el costarricense Max Jiménez además de un buen número de poetisas noveles. También era asiduo Rafael Cansinos Asséns, que en 1924 publicó una amplia obra crítica, Literaturas del Norte, dedicada a la producción literaria de la escritora. Espina también fue colaboradora de diversos periódicos, como El Correo Español de Buenos Aires y los españoles La Libertad o La Nación, ya desaparecidos y El Diario Montañés de Cantabria.
En julio de 1934 se separó jurídicamente de su marido, que falleció posteriormente en 1937. La guerra civil española la sorprendió en su casa de Mazcuerras de donde no pudo salir hasta la ocupación de Santander por las tropas del bando sublevado, en 1937. A partir de entonces colaboró habitualmente en el diario ABC de Sevilla y escribió novelas testimoniales, como Retaguardia, Diario de una prisionera o Luna roja.
En 1938 empezó a perder la vista y, aunque fue operada, en 1940 quedó completamente ciega. No obstante, no dejó de escribir. Varias de sus obras fueron adaptadas al teatro y al cine.
Entre muchos otros premios y honores, en 1914 y en 1924 recibió premios de la Real Academia Española por La esfinge maragata y Tierras del Aquilón respectivamente. Fue nombrada hija predilecta de Santander, erigiéndose a tal efecto en 1927 un monumento diseñado por Victorio Macho e inaugurado por Alfonso XIII, que también la nombró dama de la Orden de las Damas Nobles de la Reina María Luisa. Ese mismo año le fue concedido el Premio Nacional de Literatura por su obra Altar mayor. Asimismo, llegó a ser candidata en tres ocasiones consecutivas al Premio Nobel de Literatura (1926, 1927 y 1928). El primer año perdió por un solo voto y el galardón lo recibió la italiana Grazia Deledda.
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